miércoles, 19 de noviembre de 2014

Evaluación en educación infantil


Si definimos el concepto de evaluación como un proceso continuo, sistemático y flexible que se orienta a seguir la evolución de los procesos de desarrollo de los niños o niñas y a la toma de las decisiones necesarias para adecuar nuestra acción educativa a las necesidades y logros detectados en sus procesos de aprendizaje. Una actividad evaluadora, así entendida, contribuye a la mejora de nuestra actividad como educadores, pues hace posible la adaptación de los procesos de enseñanza a los de desarrollo-aprendizaje.

Desde esta perspectiva formativa, el proceso de evaluación aunque parta de un objeto concreto, siempre implicará de una forma comprensiva, a todos los elementos y procesos. Evaluar a un alumno supondrá, por tanto, ayudar a mejorar su rendimiento y afectará a los educadores, a la organización del centro, a los métodos y al proceso educativo.

Para poder llevar esto a cabo debemos establecer unos objetivos concretos y expresados en términos de comportamientos observables. Los objetivos no solo clarifican el camino que se debe recorrer y anticipan, en forma de pronóstico, los resultados a conseguir, sino que además, sientan las bases de una evaluación objetiva y coherente.


De la definición de evaluación obtenemos los principios básicos que determinan su carácter: continuidad, sistematicidad y flexibilidad.

·         El principio de continuidad hace referencia a la necesidad de entender la evaluación como un proceso en el que podemos distinguir diferentes momentos: inicio, proceso-desarrollo y fin.

·         El principio de sistematicidad alude a la necesidad de plantear la forma de seguimiento de acuerdo a un plan previamente trazado, que deberá ser llevado a cabo con rigor.

·         El principio de flexibilidad se relaciona con la posibilidad de utilizar en el proceso evaluador, y siempre en función de los objetivos trazados, diversidad de técnicas e instrumentos de registro.

La evaluación del proceso de aprendizaje en la etapa de Educación Infantil que recoge la legislación vigente debe ser:

·         Global: referida al conjunto de capacidades expresadas en los objetivos generales. 

La evaluación se realizará sobre la base de los objetivos, en los que se expresan las capacidades básicas que los niños deben desarrollar a través de las distintas áreas curriculares a las que hacen referencia los criterios de evaluación.

Realizar una evaluación individualizada y global implica utilizar diversidad de procedimientos, instrumentos y situaciones de evaluación, de forma que podamos ajustarnos a las diferentes características de los niños y contenido educativo.

·         Continua: la evaluación debe ser un elemento más de la acción educativa, permitiendo así regular, orientar y corregir de modo sistemático el proceso educativo. La evaluación continua empieza en los inicios del propio proceso educativo. 

·         Formativa: debe tener en cuenta todas las variables que ayudan o interfieren el proceso didáctico, procurando durante dicho proceso, reunir información que permita revisarlo y corregirlo. Su finalidad es determinar qué factores favorecen o dificultan que los niños o niñas logren las metas deseadas, de forma que podamos introducir las modificaciones oportunas.

·         Preventiva: nos permite realizar sobre la marcha los ajustes oportunos que eviten llegar a objetivos no deseados.

Por lo que respecta al qué evaluar, la decisión más importante es la que se refiere a concretar los objetivos generales de cada ciclo en conceptos evaluables que permitan comprobar si los niños y niñas están desarrollando las capacidades deseadas lo mejor posible en función de las características individuales de cada uno. Una vez establecido lo que se considera fundamental, es preciso determinar los procedimientos, con el fin de obtener la información relacionada con el proceso de aprendizaje.

Si queremos evaluar el progreso de factores de personalidad y capacidad necesitaremos utilizar técnicas diversas e instrumentos de registros variados. La norma que regula la evaluación en Infantil destaca que corresponde a los docentes adoptar las decisiones pertinentes acerca de las técnicas e instrumentos de evaluación que se consideren más adecuados y formular los juicios oportunos acerca del aprendizaje de sus alumnos.

Técnicas para evaluar

En Infantil el contacto continuado con el mismo grupo de niños o niñas hace que la observación directa de estos, dentro y fuera del aula, y la observación indirecta llevada a cabo a través del análisis de los trabajos individuales, de grupo y las entrevistas sea lo más idóneo:

·         La observación: realizada de forma sistemática garantiza mayor objetividad en una evaluación, pues permite el seguimiento de los procesos de aprendizaje en los alumnos. La observación puede llevarse a efecto a través del seguimiento de las actividades estructuradas en un plan de trabajo dentro o fuera del aula: producciones plásticas y musicales, juegos lógicos y dramáticos, etc.

·         La entrevista: puede definirse como «una conversación intencional». Es una técnica de gran valor para obtener información sobre la opinión, actitudes, problemas, motivaciones, etc. de los niños o niñas y de sus familias. Para ser utilizada con provecho exige: la definición de sus objetivos, la delimitación de la información que se piensa obtener y el registro de los datos esenciales que se han obtenido. Puede ser de dos tipos:

-       Formal o preparada por el entrevistador.
-       Informal o sin preparación previa.

Para el análisis de los datos recogidos se utiliza la técnica de la triangulación. Es una técnica de análisis de datos que permite evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje a través de diversos enfoques y fuentes de información. Los tipos más usados son:

·         Triangulación de las fuentes, o recogida de información de diversa procedencia.
·         Triangulación temporal, lo que supone la realización del estudio en diferentes momentos y circunstancias.
·         Triangulación espacial, o realización del estudio en diferentes zonas o lugares.
·         Triangulación de métodos y técnicas, o utilización de diversas estrategias metodológicas.
·         Triangulación de evaluadores, o realización del estudio por parte de distintos sujetos.

A partir de esta introducción que, por otra parte, nos sitúa exactamente en la forma de evaluar en educación infantil, comprenderemos porqué en Educación Infantil no se hacen evaluaciones escritas (entre otras cosas porque no saben escribir todavía).
La evaluación se realiza a través de la observación directa y personal de cada uno de los alumnos individualmente y redirige o retroalimenta el proceso personal de cada uno de ellos, con problemas o no, y ayuda a adaptar las actividades, tareas, participación y toma de decisiones de cada uno.
A la hora de elaborar el registro de evaluación tenemos la misma tabla para todos aunque los grados de consecución de los diferentes criterios de evaluación estará en función de las capacidades de cada uno, por eso se recogen diferentes valoraciones: iniciado, en proceso o conseguido.
Esta tabla es útil para la maestra en dos sentidos:
- primero, nos indica  de forma vertical que alumno presenta más dificultades y en qué competencia
- segundo, nos indica de forma horizontal si alguno de los criterios ha sido conseguido de forma deficiente por un ámplio grupo de alumnos, lo que nos indicará que es necesario reforzarlo.